Dentro de ti : albúmina, huevo, pez,
Todas las edades de la tierra
Las he recorrido metido en tu placenta,
Fuera de ti mis días están contados.
Dentro de ti : de célula a esqueleto,
Multiplicándome por un millón ;
Fuera de ti he crecido poco más.
Lleno de tu plenitud salí por fin
Sin dejarte vacía porque el vacío
Me lo llevé conmigo.
Llegué desnudo, tú me arropaste,
Así aprendí la desnudez y el pudor,
La hora de comer, y qué era tener hambre.
Me metías en la boca todas las palabras,
En cada cucharada, todas menos una : mamá.
Ésta, el hijo la inventa moviendo sus dos labios.
Ésta, el hijo la enseña.
De ti aprendí las palabras de la aldea,
Las canciones, las injurias, las blasfemias.
De ti oí los primeros cuentos,
Detrás de la fiebre de la varicela.
Te ayudé a vomitar, a limpiar las lentejas,
A escribir una carta, a encender la lumbre,
A terminar tu crucigrama ; te serví vino,
Y manché la mesa.
No te he dado nietos.
No has tenido que llamar a la puerta de una prisión,
Por el momento.
De ti aprendí el luto y cuándo terminarlo.
Me parezco a tu padre, a tu hermano,
No he sido un hijo.
De tí tengo el color de los ojos
No la dulzura de la mirada.
A ti todo te lo he disimulado.
Prometí quemar tu cuerpo,
No dárselo a la tierra. Te daré al fuego,
Hermano del volcán que orientaba nuestro sueño
Te esparciré por el aire
Después de la tormenta
A la hora del arco iris
Que te hacía abrir los ojos como platos.
(traducción ligeramente adaptada de « Mamm’Emilia » de Erri de Luca, in Il contrario di uno, Torino, Feltrinelli, 2003).
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire