En el “dibujo humorístico” –si por humorístico se entiende algo más versátil que lo simplemente y necesariamente hilarante– de El Roto del otro día (El País, 1° de julio de 2006) se ve el escorzo de una estereotípica torre de apartamentos en la costa, con un par de palmeras y todo, en cuya fachada se lee en letras bien grandes la verdad oculta –tan simple como terrible– de toda la economía del ocio, del turismo y de la industria cultural: “El tiempo libre es una cadena más”.
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